Inteligencia emocional (diciembre 2009)

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Diciembre 2009

El interés y el cuidado por cultivar lo que llamamos inteligencia emocional ha cobrado particular relevancia conforme nos hemos dado cuenta de su protagonismo en nuestra vida como individuo y como miembro de la  sociedad. La preocupación por la educación emocional ha incrementado su presencia no sólo en las tareas de formación escolar sino en los programas de adiestramiento profesional. Suele afirmarse que las personas con síndrome de Down tienen una especial sensibilidad y destreza para captar los estados emocionales de otras personas y, sin embargo, la experiencia nos dice que, conforme crecen, les cuesta expresarlos. Bajo la dirección de Emilio Ruiz, los profesionales de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria desarrollaron un programa piloto de educación emocional durante tres años. En el presente número exponen los resultados y conclusiones de su estudio. Al mismo tiempo explican con detalle la vivencia de la educación emocional en la familia, como lugar privilegiado para atender de una manera continuada y natural esa parcela de la inteligencia.

Estamos acostumbrados a pensar que siempre tenemos a mano una asociación sobre síndrome de Down que nos saque las castañas del fuego. Pero ¿qué pasa cuando no hay ninguna en nuestro entorno? Y si la hay, ¿es capaz de atender a todas las necesidades? Dos madres, Mª Jesús Magdaleno en España y Juana Lillo en Chile, nos relatan unas experiencias de extraordinaria calidad. La primera nos cuenta su día a día con su hija de 10 años. La segunda nos muestra la fantástica experiencia de organizar en su comunidad chilena un aula educativa para atender a los niños con síndrome de Down… y a sus mamás, con el fin de conseguir una alfabetización en la que están colaborando los propios hijos con síndrome de Down.

Cognición y lenguaje están, lógicamente, íntimamente ensamblados en la especie humana, pero se necesita precisar en qué grado se encuentran mutuamente influenciados en los adolescentes con síndrome de Down. La profesora Martha Rincón profundiza en un análisis de campo y ofrece sugerencias de gran valor para los logopedas. El lenguaje es mucho más que enunciar: es comprender y elaborar lo que uno quiere decir y saber expresarse.

Recientemente, a partir de unos experimentos en un modelo de ratón de síndrome de Down realizados en una universidad de California, se ha hecho mucho ruido sobre el valor de la norepinefrina (noradrenalina) en la cognición. Ofrecemos una explicación sencilla de los experimentos realizados y un comentario sobre su posible valor en la práctica humana.

Muy feliz Navidad y nuestros mejores deseos para 2010.


Diciembre 2009, nº 103
Volumen 26, páginas 125-168

Sumario

SUPLEMENTO DOWNCANTABRIA, Nº 12

  • 12 Carreras profesionales
  • 10 preguntas a… Begoña González
  • Un día con… Sonia McHardy
  • Un día en… Asociación Uno +
  • Testimonio. Tu nieto preferido
  • De su puño y letra. Héctor y Ángel
  • Agenda y noticias

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