Sonia McHardy, ordenanza de la Consejería de Presidencia y Justicia
Es una de las caras más conocidas de la Consejería de Presidencia y Justicia. Su puesto de atención al público le ha convertido en un referente para las personas que acuden a la sede de la entidad, ubicada en el Paseo Pereda. Desde la recepción Sonia McHardy trabaja para ayudar y recibir a los ciudadanos y cumplir con el resto de cometidos vinculados a su puesto de ordenanza. Para ella el trabajo va ligado a las palabras responsabilidad -tanta que al terminar su horario laboral quiere continuar con sus quehaceres-, educación y buen trato al usuario.
Su vida se distancia de la media. Nació en Bélgica. Ha vivido en Puertollano, en Madrid, Inglaterra… y, finalmente, hace un tiempo se instaló en Santander. Tiene 42 años y en enero de 2010 hará dos que empezó a trabajar. Su preparación consistió en seis meses de prácticas, durante las que le acompañó una preparadora laboral, y desde entonces disfruta de un contrato de duración determinada que, en un principio, se prolongará hasta junio de 2011.
Cumple a la perfección con su trabajo, tanto que a veces “peca” por excederse en sus obligaciones. Está encantada con sus funciones. Se encarga de atender a la gente, hacer fotocopias -“lo que mejor me sale”-, triturar papel, repartir los fax y el correo postal y hacer recados, como ir al Colegio de Abogados para sellar documentos o recoger billetes de avión en una agencia de viajes. El buen ambiente laboral es otra de las características de las que disfruta en la Consejería de Presidencia y Justicia. El 9 de noviembre, día en que cumplía años, sus compañeros la estaban esperando a las 9:15 de la mañana con un ramo de flores. Poco después, ya estaba con sus tareas cotidianas.
La agenda de Sonia también está apretada por las tardes. Dos veces por semana, los miércoles y los jueves, acude a la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, para dar clase de informática y de formación general. El resto de días sale de paseo con su hermana y su sobrino. El fin de semana es especial. El viernes va al cine o a casa de una amiga. Los sábados pasea con su madre o queda con sus amigas a ver “ropa, joyas y bolsos”. Los domingos acude a la discoteca del Club Ampros a bailar Paquito el chocolatero. El poco tiempo libre que le queda lo dedica a escuchar música -David Bustamante, Chayanne, Nino Bravo o Camela- y, en fin, a descansar…