Germán Pérez, terapeuta ocupacional
–¿Qué características debe cumplir un centro ocupacional, qué le diferencia respecto a otro tipo de recursos?
Para saber bien qué es un centro ocupacional (C.O.) es importante conocer y saber qué significa ‘ocupacional’. Ocupacional u ocupación hace referencia a un grupo de actividades que tienen un significado personal y sociocultural y que, en el caso de un C.O., han sido previamente analizadas y seleccionadas en función de las características y necesidades personales de los usuarios para dirigirse hacia una meta u objetivo específico. Por tanto, todas las actividades que se realicen en un C.O. han de ser “actividades intencionadas”, es decir, actividades con un propósito definido, determinadas por la cultura, y que intentan promover la participación en la sociedad de los usuarios.
–¿Qué posibilidades ofrece la terapia ocupacional a las personas con síndrome de Down?
La definición que hizo en 1986 la Asociación Americana de Terapia Ocupacional es, quizás, la más difundida y conocida: “Terapia ocupacional es el uso terapéutico de las actividades de autocuidado, trabajo y juego para incrementar la función independiente, mejorar el desarrollo y prevenir la discapacidad. Puede incluir la adaptación de las tareas o el ambiente para lograr la máxima independencia y mejorar la calidad de vida”. Analizando esta definición es acertado pensar que un terapeuta ocupacional puede y debe ser miembro del equipo de intervención y así contribuir a que las personas con síndrome de Down desarrollen al máximo sus capacidades y logren esa autonomía que se busca desde que se inicia la atención temprana.
–Mantiene dos talleres a lo largo del año. Uno de ellos es el de Educación para la Salud. ¿Qué lo hace tan valioso?
Este taller se encuadra dentro del Programa de Autonomía Personal junto con el de Actividades de la Vida Diaria Básicas (A.V.D.Bs). Ambos son complementarios y se trabajan conjuntamente. Esto es porque, aunque la mayoría de los usuarios tienen adquiridas las AVDBs (aseo personal, higiene oral, baño / ducha, W.C., alimentación, cuidado de enseres personales y vestido) se sigue trabajando en ellas a través del taller de Educación para la Salud para que los chicos optimicen su desempeño, desarrollen hábitos y rutinas en estas actividades y conozcan y elijan estilos de vida saludables. Es importante intervenir para lograr estos objetivos, ya que lo que se pretende conseguir es que los usuarios del centro ocupacional alcancen el máximo nivel de autonomía e independencia en el cuidado de sí mismos.
–Compagina esta actividad con los talleres de Bolas, Laborterapia y Jardinería. ¿Cuáles son los objetivos que comparten todos ellos?
Los talleres mencionados junto con los de Manualidades, Pintura, Oficina y Bisutería – Costura, forman parte del Programa de Actividades Ocupacionales y Prelaborales, cuya finalidad es preparar profesionalmente a los usuarios del C.O. para una posible integración laboral. Aunque cada taller tiene sus propios objetivos específicos, todos, en mayor o menor medida, comparten tres objetivos generales. El primero de ellos es adquirir y ejecutar el rol profesional a través del desarrollo de destrezas, actitudes, hábitos y el desempeño de actividades prelaborales dentro del entorno del C.O. Otro objetivo es desarrollar, mantener y/o mejorar las funciones y estructuras (sensoriomotrices, cognitivas y psicosociales) implicadas en el desempeño de las diferentes actividades. Y, por último, identificar, discriminar y utilizar herramientas y materiales específicos para cada actividad.
–¿Qué destrezas, actitudes y hábitos busca que queden fijados en los usuarios con su participación en los talleres del Programa de Actividades Ocupacionales y Prelaborales?
Son múltiples las habilidades y/o destrezas que buscamos, pero se pueden agrupar en siete grandes bloques:
– La aceptación del rol, es decir, la habilidad que presentan los usuarios para adaptarse a las expectativas básicas del taller.
– La capacidad para beneficiarse de la instrucción y corrección para realizar cambios en las distintas conductas que se dan en el taller.
– La persistencia que muestran los chicos al desempeñar la actividad. El cumplimiento de sus obligacionies sin necesidad de instigación.
– La tolerancia al desempeñar la actividad, es decir, si acepta los cambios con gusto y sin cansarse.
– El grado de demanda o supervisión que requiere para trabajar.
– La relación con el profesional encargado del taller: solicitar ayuda de manera apropiada, interactuar con agrado, mantener una relación apropiada, etc.
– La adecuada relación con el resto de sus compañeros de taller: trabajar en grupo y/o cooperativamente, demostrar comodidad en la interacción social, expresarse por sí mismo en la interacción social, etc.
–De todos los talleres y actividades que lleva a cabo ¿cuáles resultan más amenos a sus participantes?
Todos presentamos gustos e intereses diferentes y lo mismo ocurre con las personas con síndrome de Down. Por ejemplo, con el taller de Bolas, en el que los usuarios deben meter un juguete dentro de unos hemisferios y formar una bola para las máquinas expendedoras de “bolas sorpresa”, se da el caso de que algunos chicos disfrutan de él y otros explican que no es un taller de su agrado y lo justifican, en mayor o menor medida, dando una serie de razones. Esto muestra lo difícil que es determinar cuál es la preferida por ellos. Por eso es importante conocer cuáles son sus opiniones sobre las actividades y así intentar que participen en aquellas que tienen un mayor valor para ellos. Sin embargo, también se hace necesario ‘negociar’ con algunos chicos su participación en algunas actividades que no son de su gusto pero que les van a beneficiar o ser útiles. En conclusión, es importante conocer las preferencias de cada uno de ellos así como hablar y explicarles que conseguirán si desempeñan las actividades que les proponemos.
–En términos generales, ¿cuáles diría que son las actividades con las que más progresos observa y aquella que resulta más costosa?
Es importante señalar que cada chico del C.O. progresa a su ritmo y no debe compararse su evolución con la del resto de compañeros. Esto hace necesario que cada uno de los usuarios tenga su propio plan de intervención, donde quedan recogidas todas las actividades en las que participa y donde están fijadas sus pequeñas metas, que deben ser alcanzables pero, a la vez, suponerle un desafío.
Además, se debe tener en cuenta las diferentes circunstancias que surgen y que influyen en la vida de las personas, por lo que estos objetivos han de ser flexibles para adaptarse a las necesidades y a su desempeño cambiante.
–Trabaja con personas que oscilan entre los 16 y los 41 años. ¿Distribuye la actividad por edades, por capacidades o trata con un grupo compacto que aprende de manera conjunta?
Las intervenciones se llevan a cabo en grupos pequeños (3 – 8 usuarios por profesional), por lo que la atención que recibe cada uno de los chicos es muy individualizada. Entre los agrupamientos y la actividad se da una interacción y ambos influyen por igual en el otro. Los grupos, que pueden ser homogéneos o heterogéneos (en cuanto a características personales, habilidades y/o destrezas, intereses, edad, etc.), determinan qué actividad se va a desempeñar en función de los objetivos que se pretenden alcanzar. También una actividad seleccionada previamente por su valor terapéutico fija qué chicos se beneficiarán de ella. Por tanto, los grupos y las actividades van de la mano y están a un mismo nivel.
–¿Recuerda algún caso llamativo por el efecto tan positivo que ha tenido aplicar la terapia ocupacional?
Aunque cada caso es diferente y se valoren todos los logros, uno de los resultados obtenidos del que me siento más orgulloso es la adquisición por parte de bastantes usuarios del C.O. de una AVDB que no poseían: los hábitos de cuidado, mantenimiento y limpieza de uñas.
Desde mi punto de vista, para las personas con síndrome de Down esta actividad es bastante compleja de desempeñar, ya que para ello se requiere de la coordinación de una serie de componentes (habilidades y/o destrezas) motores y cognitivos. Por ello, en este caso se hizo necesario realizar una adaptación “casera” de un cortauñas. De esta manera conseguimos dar apoyo, compensar y aumentar las capacidades de los chicos en este ámbito. Mediante esta acción les hemos ayudado a desempeñar esta actividad por sí mismos.
–¿En qué le ha beneficiado la relación diaria con personas con síndrome de Down?
De los jóvenes con los que trabajo admiro su fuerza de voluntad, el empeño que ponen en todo lo que hacen, el esfuerzo que destinan a prepararse y conseguir un trabajo… En definitiva: sus ganas por aprender cosas nuevas y para ser ellos los protagonistas de su vida.