Por Jenifer y Elena
Somos Jenifer y Elena. Tenemos 9 y 6 años y os queremos contar el nacimiento de nuestro hermano Moisés. Después de esperar tres días, por fin Moisés nació. Nos llevaron a verle pero no estaba en la habitación, le habían ingresado entre cristales. Nuestros padres nos explicaron que tenía síndrome de Down. Yo no lo entendía. Después, al verle en casa, ya lo entendí. Fuimos a la Fundación y vimos a más niños con síndrome de Down. Nos parecieron un poco raros, pero poco a poco nos fuimos acostumbrando y vimos que hacían lo mismo que todos los niños. Nos gusta ir a la Fundación. Mi hermano tiene ya ocho meses, se ríe, tira del pelo, hace pedorretas y está siempre feliz y nos hace felices a todos. No sabríamos qué hacer sin él.
Gracias, Moisés, por ser así. ¡¡TE QUEREMOS!!
Por David Jiménez
Para mi mujer y para mi fue toda una sorpresa el nacimiento de Moisés,pero una sorpresa muy agradable. Al no sospechar nada sobre el síndrome, al principio fue un poco confuso por el desconocimiento que teníamos y, sobre todo, porque la salud de nuestro hijo en ese momento era algo confusa. Después de un parto muy largo, pasadas una horas y viendo que su estado de salud era “bueno”, nos fuimos informando más acerca del síndrome de Down. Todo acontecía con mucha ilusión y queríamos afrontar esta carrera de fondo que acabamos de empezar con muchas ganas y entusiasmo. No nos asustó el hecho de saber que será una lucha continua y para siempre, pues la carita de Moisés nos daba a cada minuto más ganas de luchar por él.
Es cierto que su nacimiento nos ha hecho ver la vida de una manera diferente, pues hemos aprendido tantas cosas y valores que el enriquecimiento personal adquirido es enorme tanto para nosotros como para la formación de nuestras dos niñas. Él va a ser nuestro centro de atención junto a sus hermanas. Es maravilloso verlas cómo están de ilusionadas con él, cómo le defienden, cómo quieren saber sobre su síndrome… Están siempre atentas a todo lo que hace y siempre desean cogerle, abrazarle y jugar con él.
Queremos agradecer a la Fundación, a María Victoria y a Jesús el apoyo desde el nacimiento de nuestro hijo, la tranquilidad que nos dieron debido a sus conocimientos y vivencias. También queremos dar las gracias a todos los profesionales que forman esta bonita familia a la que ya pertenecemos y, sobre todo, a Dios por permitirnos disfrutar de estos maravillosos hijos que nos ha regalado.