Elena Lamadrid nos cuenta cómo es un día en su puesto de trabajo en la lavandería del Hotel Vejo (Reinosa). Entre servilletas, toallas, cubiertos y almohadones, Elena es una verdadera profesional que se ha ganado a pulso un sitio entre sus compañeros. Todos están muy contentos con ella, especialmente Ana, que la acompaña diariamente en sus tareas: “Elena es muy paciente conmigo porque a veces tengo la cabeza en otro sitio”.
Elena Lamadrid lleva trabajando en el Hotel Vejo de Reinosa desde el año 2007. Su misión allí es conseguir que la lavandería del hotel funcione como un reloj. Ella está muy contenta con su desempeño profesional, lo mismo que sus jefes. Tal es así, que el año pasado la contrataron ya de forma indefinida.
Sus tareas diarias son muchas y muy variadas. Desde cargar la lavadora o poner la secadora, hasta planchar almohadones, ordenar cubiertos o doblar toallas. Y esto es sólo un ejemplo de sus múltiples funciones. Todas le gustan, pero quizá la plancha sea para ella lo más duro. “La máquina hace un ruido que parece que se va a romper”, asegura la joven trabajadora.
Elena realiza todas estas labores siempre en compañía de Ana, otra trabajadora del hotel con la que pasa la mayor parte de su jornada laboral. “Es muy simpática. Tiene mucha paciencia conmigo porque a veces tengo la cabeza en otro sitio. Me aprieta las tuercas”, explica su compañera. Elena espera seguir por mucho tiempo trabajando en el hotel Vejo, ya que allí es feliz y se lleva muy bien con todos sus compañeros. “Me tratan muy bien, me cuidan”, afirma sonriente.
A sus 22 años, Elena Lamadrid es consciente de que la queda mucho por aprender para seguir con su trabajo, tiene las ganas y la ilusión por hacerlo cada vez mejor.