María, empleada de El Corte Inglés
María Aguilera trabaja desde hace tres años en el Territorio Vaquero de El Corte Inglés. Detallista y responsable, sus jefes y compañeros están encantados con su actitud y su profesionalidad que acompaña siempre con una sonrisa. Entre sus múltiples labores, lo que más le gusta es embolsar y alarmar la mercancía, “tarea que hace a la perfección” según asegura su preparadora laboral Raquel Álvarez. Sus dos grandes pasiones son el teatro y las canciones montañesas.
Antes de comenzar la entrevista con la protagonista, Raquel nos confiesa que María está acicalándose, porque “además de ser muy presumida, y que le encanta que la entrevisten y salir en los medios, hoy está un poco nerviosa y quiere que todo salga a la perfección”.
Cada día, a las 9:30 de la mañana que es la hora a la que llega a su puesto de trabajo, lo primero que hace María es alarmar la ropa. No se le escapa ningún detalle para que la tienda del centro comercial luzca en todo momento impecable, ordenada y limpia, incluidos los espejos.
El buen carácter de María y la disposición de sus compañeros de trabajo contribuyen a generar un magnífico ambiente laboral. La joven trabajadora se lleva muy bien con los compañeros que “me ayudan mucho”. A sus jefes Miguel y Antonio les adora y les tiene siempre localizados. En palabras de su preparadora, Raquel, los compañeros de María reconocen que “les quita mucho trabajo realizando tareas que son muy monótonas y que llevan mucho tiempo”. Además, todos coinciden en resaltar que la trabajadora aporta mucha armonía y crea muy buen ambiente de trabajo. A María la tratan como a una compañera más y si necesitan de su ayuda no dudan en pedírsela. “Lo entiende todo muy bien y está totalmente integrada en el equipo”, afirma Raquel.
María Aguilera empezó en el mundo laboral desde muy joven ya que antes de empezar a trabajar en El Corte Inglés había realizado prácticas laborales en el colegio Cisneros de Santander.
A sus 24 años, María es una apasionada del teatro y lo demuestra en el taller de teatro que dirige Paz Elorza en la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, los viernes por la tarde. A María siempre le dan papeles protagonistas. Junto a sus compañeros empieza a ensayar y memorizar los textos en enero y a final de curso tiene lugar la obra. “Se preocupa por todos los detalles, te pregunta qué gestos puede hacer o qué frases puede decir, lo vive mucho”, recalca Raquel.
María confiesa entusiasmada que le apasiona cantar montañesas y ver Patito Feo. Raquel Alvarez nos cuenta que, a veces, cuando la llama a casa “tiene las montañesas a todo volumen y le escucha cantar, por cierto, muy bien”.
María es un ejemplo palpable de que las personas con síndrome de Down son tan capaces como cualquier otra para desempeñar múltiples tareas en todo tipo de empresas ordinarias. Su adaptación al mercado laboral es cada vez más apreciable. El caso de María es un ejemplo de cómo su capacidad, motivación y actitud inciden positivamente en la calidad del trabajo y en el ambiente laboral.