Carlos Saro trabaja desde hace casi un año en el Centro Cívico Callalterano de Santander. Serio y muy integrado, sus compañeros en la recepción, Sergio y Rosa, están encantados con su forma de trabajar y su compromiso con el Centro. A sus 29 años, Carlos está deseando que renueven su contrato de trabajo porque se encuentra feliz en esta institución. “El día que le comunicaron que se incorporaba a su nuevo trabajo rompió a llorar por la emoción”, confiesa su preparadora laboral Raquel Álvarez. Carlos nos recibe tras una escapada a la estación de Formigal para practicar su deporte favorito, el esquí.
Carlos empezó en junio de 2010 a ocupar un puesto en la recepción del Centro Cívico Callalterano. Entre sus tareas diarias está colocar los folletos, tirar el cartón, colocar las aulas y recoger el periódico. Al principio de cada clase entrega a los profesores de los talleres las listas de asistencia. El viernes es su día preferido, además de revisar las listas de asistencia y poner las faltas, destruye el papel en una máquina trituradora y lo recicla colocando el papel y el cartón en las papeleras que hay en cada planta del Centro. Sin embargo, el pincho de los viernes es su momento favorito del día. “De tortilla con jamón y queso” recalca con una sonrisa.
Sus compañeros en la recepción, Sergio y Rosa, están encantados con él porque se toma muy en serio su trabajo aunque a veces es un poco guasón.
A Carlos le cuesta un poco estar sentado, pero cuando no está en talleres y ocupa su puesto de recepcionista, se transforma. Cuando llega una persona a la recepción del Centro, Carlos se encarga de indicarles el camino a los diferentes departamentos de la institución. Experto esquiador y nadador, Carlos ha participado en los campeonatos de Guadalajara donde ha ganado cuatro medallas. En su tiempo libre, además del esquí y la natación, Carlos canta en el coro de una iglesia en Maliaño, y pasea con su bicicleta el equipo nuevo que le trajeron los Reyes Magos este año.
A sus 29 años, Carlos, que cumplirá tres décadas el próximo 3 de abril, estuvo trabajando anteriormente en el centro Carrefour de El Alisal. Firmó un contrato por un año y está deseando que le renueven. Raquel, su preparadora confiesa que cuando le comunicaron a Carlos que iba a trabajar en el Centro Cívico “rompió a llorar de la emoción y pidió que le dejaran dar la noticia a su familia”. Carlos se esfuerza cada día para mejorar algunos aspectos de su comportamiento como mirar más a los ojos cuando habla con otras personas o controlar un poco más sus nervios ya que es muy activo. Esta entrevista es un premio a su labor en el Centro Cívico y a cómo se está esforzando para ser, si cabe, mucho mejor en todos los aspectos de su vida cotidiana.