Teresa Tejerina
Teresa Tejerina trabaja desde hace siete años en la empresa APIA XXI, en Santander. Afable y dicharachera, su jefa Nuria y sus compañeras, Silvia Esther y Emilia, están encantadas con su carácter y el interés que pone en cada una de sus tareas.
A sus 28 años, Teresa ha ejercido toda su carrera profesional en la misma empresa. “Tardaron muy poco tiempo en hacerle un contrato indefinido dada su capacidad y aquí sigue”, afirma su preparadora laboral, Raquel Álvarez. Teresa nos hace de guía por las instalaciones de su segunda casa.
Parece que fue ayer cuando firmó su primer contrato en prácticas y ya han pasado siete años. Teresa Tejerina entró a trabajar en la empresa de Ingeniería APIA XXI, en 2004 en las antiguas oficinas de la calle Luis Martínez de Santander, donde estuvo casi dos años. Sin embargo, le gusta mucho más la sede actual porque “es más cómoda y funcional”.
Entre sus tareas diarias como administrativa en el departamento de Recursos Humanos, Teresa se encarga de introducir los currículum que van llegando en una base de datos, entregar las nóminas y repartir material de oficina cuando es necesario. Lo que más le gusta es repartir las nóminas entre los empleados, ya que en su periplo por los diferentes despachos, Teresa aprovecha para charlar con ellos y así descansar un poco la vista después de varias horas metiendo currículums en su ordenador. “El manejo que tiene del teclado es impresionante”, nos cuenta Raquel.
Sus compañeras del departamento de Recursos Humanos, Esther, Emilia y Silvia, están encantadas con ella porque se toma muy en serio su trabajo y a menudo se gastan bromas creando un muy buen ambiente de trabajo. “Me implico mucho en mi trabajo y mis compañeras son muy agradables”, comenta nuestra protagonista.
Amante del ciclismo, Teresa está muy feliz por los kilómetros de carril-bici construidos por todo Santander y sus alrededores. En su tiempo libre, además de montar en bicicleta, a Teresa le encanta bailar al ritmo de Shakira con su ‘Waka Waka’ y, sobre todo, viajar. A Teresa se le ilumina la cara cuando recuerda sus viajes a Lanzarote, Ibiza y Menorca. Si de ella dependiera, se pasaría la vida viajando y descubriendo el mundo.
A sus 28 años cumplidos en agosto, Teresa es un verdadero ejemplo de superación y compromiso. Una luchadora que ha hecho frente a las limitaciones físicas que le imponen tanto un marcapasos en su gran corazón como las varias dioptrías que limitan uno de sus ojos. Su afán por ser cada día mejor le ha permitido, después de tantos años, seguir siendo una parte muy importante de una de las empresas punteras de Cantabria y nos muestra su deseo de continuar en la brecha durante muchos años más.