Salomé Pérez
Después de diez años en la Universidad Cantabria, Salomé se inauguró hace cuatro meses como ordenanza de servicios auxiliares en El Diario Montañés. Ya tiene contrato fijo y está feliz. Al poco tiempo de llegar, con motivo de las elecciones del 20N, vio a Miguel Ángel Revilla y Gonzalo Piñeiro en el periódico con el consiguiente revuelo a su alrededor. Un día más tarde apareció la foto de ambos políticos en la prensa. Entonces, lo tuvo claro: “Esta portada la he visto hacer yo, éste es mi trabajo ideal”.
“Se adapta muy bien a los cambios, es trabajadora, responsable y organizada”. Así habla Raquel Álvarez, la preparadora laboral de Salomé, sobre ella. Pero no es la única que tiene buenas palabras. Su jefe, Gonzalo Martínez- Hombre, director financiero del Diario Montañés (DM), y la responsable de revisar su trabajo, Marta Higuera, coinciden que se ha amoldado muy bien, es una persona muy sonriente, muy predispuesta y el resto del personal de la empresa la ha aceptado desde el primer día. En lo que respecta a Salomé, se percibe en todo momento que está encantada. Ríe sin parar y habla con soltura de su trabajo y de su día a día. No le importa nada ni la parte menos grata, el madrugón que tiene que dar para acudir de Laredo, donde vive, a Santander, donde se encuentra la sede del DM. Entra a las 8:30 y lo primero que hace es colocar los periódicos del día en el mostrador para que lo recojan sus compañeros al llegar. A continuación, entrega uno al director, Manuel Campillo, y prepara el paquete que se envía al archivo ubicado en Calvo Sotelo: 27 DM y 5 ABCs. En el que existe en La Albericia guarda hasta 80 ejemplares cada día. También reparte el correo y otras tantas tareas que ya realiza en tiempo record, así que cuando las termina y todavía no ha llegado las 12:30, su hora de salida, lleva a cabo tareas extra de oficina como reponer papel, etiquetar o barrer la zona cercana al archivo.
Los martes y miércoles, cuando termina su jornada laboral acude a la Fundación con el grupo de trabajadores. El resto de días se dedica a tres de sus pasiones. Una de ellas está relacionada con las nuevas tecnologías: la Nintendo DS, la WII, el teléfono móvil y el ordenador, donde ve sus series preferidas –Médico de familia, Sonrisas y Lágrimas, El libro de la Selva, los Fraggle Rock…–. La segunda es la lectura aunque, puntualiza, sólo lee por las noches y si le da tiempo porque si lo hace por las tardes le “entra el sueño”.
Los libros que más le gustan son los denominados de autoayuda. En la actualidad tiene entre manos “Recupera la ilusión”, de María Jesús Álava. La tercera de sus inquietudes, que ha querido desvelar en último lugar – “la bomba para el final”, exclama– es “bailar, es lo que más me gusta, ¡cuando empiezo a hablar de esto es que ya me transformo!”. Pero qué va, Salomé continúa con su risa contagiosa y la misma alegría que cuando comenzó a hablar.