Actividad de Asuntos Laborales
Bajo el título ‘Asuntos Laborales’, los jóvenes del programa de Empleo con Apoyo participan en una nueva actividad que ha sido todo un descubrimiento para las preparadoras laborales de la Fundación. De forma espontánea, los jóvenes han empezado a compartir con sus compañeros las dificultades que afrontan cada día en su entorno de trabajo. En un ambiente de bienestar y confianza, muestran sus debilidades y reciben aliviados los apoyos y consejos de sus compañeros y preparadores.
Los martes por la tarde, los jóvenes que conforman el grupo de Empleo con Apoyo acuden a la Fundación para continuar con su formación permanente y enriquecimiento personal. Según explica Sara Bedia, una de las preparadoras laborales, “organizamos dicha tarde en dos partes que, a nuestro juicio, son importantísimas por ser muy beneficiosas”. En la primera crean pequeños grupos para ampliar la formación en ámbitos como cultura y actualidad, pensamiento lógico y matemático, lectura y escritura, euros, agilidad mental, etc. Después de un descanso, se hace una nueva distribución de grupos y se aborda un nuevo bloque de asuntos laborales. “En este momento, ofrecemos a los jóvenes un espacio de confianza y tranquilidad donde pueden expresar con plena libertad todas aquellas situaciones, dudas y cuestiones vividas o relativas a su entorno laboral, a su trabajo”. Esta parte ha sido muy “sorprendente y grata” para las preparadoras ya que son los propios jóvenes los que, voluntariamente, reflexionan y revelan los aspectos importantes de su día a día en la empresa, como el grado de dificultad que les supone la realización de alguna tarea, el tipo de interacción y relación que tienen con sus compañeros y jefes, los cambios que ha habido en el transporte, los imprevistos que han surgido en su rutina, etc. “Es frecuente que unos jóvenes se vean reflejados en las experiencias que cuentan otros y, como a todos nos pasa, identifican en los demás sentimientos, ideas o actuaciones que ellos mismos tienen o han tenido, viven o han vivido”, explica Sara. “Con las palabras y anécdotas de los demás aprenden a relativizar, y de ellas guardan un residuo que les puede ser de gran ayuda si, llegado un momento, tienen una experiencia similar”. Sin apenas darse cuenta, los jóvenes han aprendido a reconocer errores que no necesariamente conllevan consecuencias negativas. “La correcta actitud que han adoptado a la hora de asumir los fallos y afrontar las críticas constructivas, la ven reforzada cuando llegan de parte de todos los halagos y felicitaciones por las cosas que han hecho bien, por la buena reacción que han tenido, por una buena decisión tomada, etc.”. La preparadora considera que esta nueva actividad de Asuntos Laborales ofrece “un paraguas de bienestar y confianza cuyo resultado es que, con iniciativa propia, los jóvenes deseen participar e involucrarse en la conversación, tomando la palabra para expresar todo aquello que para ellos es importante, y por tanto, para nosotros también”.