La Fundación llora la pérdida de la niña
La muerte de un ser querido siempre es un momento muy duro y más cuando la persona que fallece es sólo un niño. El reciente fallecimiento de Celia Poyatos, de cinco años, ha dejado a la Fundación sumida en un intenso duelo. Pese a su larga enfermedad que tanto interfirió en su vida ordinaria, era una niña despierta, animosa y sociable, que rápidamente se hacía querer.
Celia fue una de las protagonistas del calendario que la Fundación preparó este año. Su carácter inquieto y un punto rebelde quedó claro cuando, ajena al programa que los fotógrafos habían planificado para ella, se ganó con su sonrisa al segundo entrenador del Rácing. Con todo el campo del Sardinero para ellos, obligó a Rubén Uría a perseguirla por todo el césped y, ya cómplices, se realizaron algunas de las instantáneas más bellas del almanaque.
Ordenada, limpia, presumida y cómo no, fan ferviente de los Lunnis (sobre todo de Lucho y Lupita), Celia era una niña con mucho carácter, que supo ganarse el cariño y el aprecio de todos aquellos que tuvieron la fortuna de compartir un ratito de su vida. Desde la Fundación queremos mandar un mensaje de apoyo y fortaleza para sus padres, Gema y Moisés, y a toda su familia, en este duro trance y la confianza de que el recuerdo inolvidable de Celia les acompañará siempre.