Dialogar, preguntar, contar anécdotas, discutir, interrumpirse y, sobre todo, reírse. Esto es lo que comparten los padres de los niños de atención temprana, en el seminario mensual que dirige el psicólogo de la Fundación Emilio Ruiz. La confianza y la amistad que viene fraguándose entre los participantes les permite plantear abiertamente cualquier asunto relacionado con el desarrollo de sus hijos.
Según explica Emilio Ruiz, este seminario es la continuación de otro de la etapa escolar que dirigió durante varios años. Los temas son sugeridos por el psicólogo o por los propios padres, según sus inquietudes y sus preocupaciones del momento. En lo que va de año han abordado aspectos como la escolaridad, las claves para la autonomía, el juego y los juguetes, la salud en los primeros años y el lenguaje. La actividad cuenta ocasionalmente con la colaboración de expertos que abordan temas específicos, como el Dr. Benigno Caviedes, para abordar la salud, o María Victoria Troncoso, sobre el lenguaje.
En ocasiones, las reuniones se inician con la presentación de un tema por parte del experto para, a continuación, abrirse una ronda de preguntas. En otras sesiones, se preparan unos apuntes sobr una cuestión para que los padres vayan contando su experiencia personal o planteando sus dudas, que son resueltas entre todos.
“La experiencia está resultando muy gratificante, con un grupo consolidado de padres que asisten regularmente con mucha ilusión y muchas ganas de aprender”, explica Emilio. El seminario, por otro lado, sirve para crear lazos de amistad entre los padres, que se sienten en un grupo en el que todo el mundo se entiende y habla el mismo idioma. De hecho, en varias ocasiones han organizado actividades conjuntas fuera del seminario, a partir de las ideas que allí han ido surgiendo.
Las sesiones sirven como lugar de encuentro en el que pueden plantear sus dudas e inquietudes, sabiendo que es un foro en el que todos comparten las mismas dificultades. “Tiene una función añadida, para mí esencial, de desahogo y de apoyo mutuo, pues todo lo que un padre o una madre plantea, sabe que va a ser escuchado por personas que van a entender bien de lo que está hablando, algo que en otros ambientes, aunque sean familiares, no siempre consiguen”, afirma el coordinador. Emilio confiesa que los dos libros de cuentos que ha escrito se alimentan fundamentalmente de anécdotas narradas por los padres en este seminario. “Repito con frecuencia, cuando me preguntan, que hacemos muchas cosas: hablar, preguntar, contar anécdotas, dialogar, discutir, interrumpirnos unos a otros, pero sobre todo y por encima de todo, lo que más hacemos es reírnos. El ambiente es fabuloso”.