Nuestras virtudes y defectos nos acompañan a lo largo de toda la vida. Sabemos cuáles son nuestros puntos fuertes pero en muchas ocasiones, nos cuesta admitir que somos imperfectos y que, por lo tanto, siempre hay aspectos en los que podemos mejorar. En el caso de María Díaz, ella es capaz de admitir que su impaciencia a veces le juega malas pasadas. Con un carácter muy cariñoso, una actitud siempre responsable y un espíritu divertido y optimista, esta joven de 27 años le planta cara a la vida con humor y siempre con música. Eso sí, nunca canta en la ducha.
“No me enfado nunca”, asegura con voz firme y gesto serio. Alex, uno de los educadores del Centro Ocupacional de Santander, enseguida levanta las cejas, mira con complicidad a María, sonríe y ambos se echan a reír. “Es muy cariñosa, es buena compañera, es responsable y tiene una personalidad fuerte, tiene carácter. También es impaciente y eso le lleva a ser impulsiva. Trabajamos con ella mucho la parte emocional y vamos consiguiendo resultados poco a poco. Va despacito, pero estamos consiguiendo mejoras”, nos explica.
María está aprendiendo a controlar sus impulsos. Reconoce que a veces le cuesta compartir las cosas, que es impaciente, pero al mismo tiempo le gusta leer tranquilamente o escuchar música. Se define como una chica encantadora, habladora y divertida. “¡Aburrida nunca!”, puntualiza con entusiasmo. “Tiene esa parte inquieta, es muy nerviosa, pero también le gusta mucho estar tranquila leyendo. Es muy autónoma, se maneja bien con el ordenador, va y viene sola a casa, y maneja cantidades pequeñas de dinero”, comenta Alex. “Me gusta estar con mis compañeros, me llevo bien con ellos, sobre todo con Miguel Torre y Alberto Hoz. Son majísimos, pero todos me caen bien”.
Echa de menos a su hermano Alejandro, que vive en Suecia, y con el que suele hablar por teléfono. Tiene una buena relación con su madre, Emilia. “Nos llevamos bien. No me saca de mis casillas”, comenta entre risas.
Con su tía Teresa también “hace migas” y le gusta hacer planes con ella.
Pero hay varias cosas que a María le gustan especialmente: cantar, leer y viajar.
“Me gusta la música y mi cantante favorito es Pablo Alborán. Me sé todas sus canciones y me sé toda su vida”, admite ruborizada. Confiesa que le gustaría ser una cantante famosa, subirse a los escenarios y cantar ante el público. “¡En la ducha no canto. Canto sola en mi cuarto”.
María tiene un lado artístico muy desarrollado porque también siente pasión por el cine y por la lectura. “Demuestra mucho interés por la cultura. Los conciertos le gustan mucho y suele ir a ver espectáculos y acudir a musicales”.
Conocer sitios nuevo y viajar es otra de sus aficiones. “En septiembre me iré a Extremadura de vacaciones con mi madre. Tengo ganas de ir, me gusta ver cosas cuando viajo”. Recuerda con ilusión su visita a París y la impresión que le causó la Torre Eiffel.
Dice no tener preocupaciones. ¿Duermes a pierna suelta?, le pregunto. Y responde firmemente que sí.