Existe una enorme inquietud que es fácil constatar en muchos países. La inquietud se debe al incremento abrumador en la tasa de abortos de fetos con síndrome de Down que se está dando en las naciones “desarrolladas”, al amparo de la difusión masiva de las técnicas de rastreo y diagnóstico prenatales, ampliamente promovidas por las sociedades médicas y secundadas por las instituciones políticas. En Inglaterra, la institución que lidera la acción educativa y de apoyos al síndrome de Down, Down’s Ed, acaba de publicar en su revista un documentado editorial firmado por la Prof. Sue Buckley y Frank Buckley, en el que muestra su preocupación por este hecho y sus penosas consecuencias, justo en una etapa histórica en la que los programas de salud, de educación y de apoyos están consiguiendo que las personas con síndrome de Down no sólo vivan muchos más años sino que su vida esté alcanzando cotas de calidad inimaginables. Lo hemos traducido y se lo presentamos para su reflexión. En Estados Unidos el Congreso acaba de aprobar una ley que obliga a los profesionales a actualizarse en sus conocimientos sobre la problemática de los trastornos del desarrollo, y a ofrecer a las parejas información y oportunidades de conocer alternativas para que puedan tomar una decisión realmente informada (véase el texto completo de la ley en http://www.down21.org/legislacion/temasinteres/legisextrang/usa.htm). En ese mismo país, ya se han elaborado videos y folletos que ofrecen a los profesionales médicos información que les ayude a asesorar a los padres de forma objetiva sobre el síndrome de Down (véanse vídeos en http://www.ndsccenter.org/physiciansguide/).