Silvia cursaba el segundo de bachillerato y tenía que realizar un trabajo de investigación a lo largo de un año para presentarlo ante un jurado de profesores que debían calificarlo. Ella tenía una amiga con síndrome de Down, y con ella descubrió horizontes insospechados sobre la felicidad humana. Así que decidió abordar este tema en el síndrome de Down con el mayor rigor posible. Su trabajo fue premiado con un accésit. Nos ha parecido que valía la pena mostrarlo a nuestros lectores casi en su totalidad, tratando de respetar su forma de presentación hasta donde ha sido posible.
La edad adulta en las personas con síndrome de Down está cobrando la entidad e importancia que le corresponde. Necesitamos conocerla a fondo y evaluar sus características y circunstancias.