Tener una vida sana en su más amplio sentido exige mucho en muchos terrenos. Solemos asociar la salud al terreno de la medicina estrictamente, considerándola como la falta de una enfermedad o dolencia. Pero la buena salud es bastante más que no padecer enfermedad. La satisfacción física y mental abarca numerosos aspectos de la vida diaria que debemos cuidar atentamente. Más aún, podemos tener alguna dolencia y sentirnos, sin embargo, con buena salud. Éste es el mensaje que nos envía la Dra. Bénédicte De Freminville refiriéndose a las personas con síndrome de Down, cuando aborda lo que llama “higiene de vida” en todos sus detalles. Son cosas que ya sabemos, orientaciones que nos recuerdan los instrumentos que hemos de emplear en el cuidado y educación de nuestros hijos y alumnos, pero que, lógicamente, nos exigen más. No se trata de agobiarnos, pero sí de que no levantemos la guardia. Aunque el niño o joven vaya al colegio, aunque reciba formación complementaria en una asociación o fundación, hay mil aspectos de la vida que sólo se aprenden y ejercitan, se exigen y cuidan, en el ambiente familiar.