La importancia de los hermanos en la vida de nuestros hijos con síndrome de Down va siendo cada vez mejor valorada en su justa medida. Cabe contemplarla desde, al menos, dos perspectivas: cuál ha sido la influencia mutua sobre sus respectivos desarrollos como personas, y cómo prevén que pueda ser su futuro. La primera ha sido siempre considerada. La segunda cobra mayor trascendencia si se tiene en cuenta que la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down ha aumentado y, sobre todo, que la riqueza de sus vidas –autonomía incluida– se ha hecho mucho más compleja. Quienes mejor nos pueden informar sobre estos y otros aspectos son los propios hermanos. Ofrecemos un valioso abanico de reflexiones expuestas por un grupo de hermanos en una de las mesas redondas que se celebraron durante el pasado Curso Básico de la Fundación.