Raquel Álvarez, preparadora laboral
–Empezó su etapa laboral realizando prácticas en la Fundación. ¿Qué es lo que más le llamó la atención en su primer contacto con los chicos?
El mío fue un caso especial. Yo quise desde el principio hacer las prácticas en la Fundación, puesto que tengo una hermana pequeña con síndrome de Down y al poco de nacer ya me di cuenta de que quería trabajar con este colectivo. Así que me tuve que mover mucho para conseguir que abriesen convenio de prácticas con el centro en el que estudiaba. En mi llegada me agradaron mucho las presentaciones, puesto que fueron algo de lo más normal. Los chicos me saludaron correctamente y algunos, los más atrevidos, ya me preguntaron cosas sobre mi vida. Me sorprendió la normalidad con la que fluyó todo. Sigue leyendo