Asunción Lezcano, Profesora de Lectura y Escritura
─No hace tanto tiempo se pensaba que los niños con síndrome de Down no podían leer por su grado de dificultad. ¿Cómo ha sido el camino hasta descubrirse que con apoyo y voluntad todos pueden aprender?
Ha sido y sigue siendo un reto apasionante con cada alumno porque con cada uno de ellos disfrutas como si fuera la primera vez. En ocasiones el camino es duro y costoso; no es fácil porque todos aprenden de distinto modo y de diferente manera pero lo que no me he permitido nunca ha sido darme por vencida con los contratiempos que se han a veces se han presentado. Día tras día van notando su evolución, despacio pero segura y percibes que aprenden determinadas palabras, luego las sílabas y después ya saben leer y te sientes satisfecha y orgullosa por el trabajo realizado.
─¿Los centros educativos cuentan con recursos para enseñar a leer y a escribir a los niños con síndrome de Down? ¿Han notado una deficiencia a este respecto?
No creo que la falta de recursos sea primordial; con papel, lápiz, objetivos muy claros, creatividad y ganas es suficiente. Es imprescindible que el profesor crea en las posibilidades de su alumno, que se apasione con su trabajo; que respete al niño con síndrome de Down considerándole como a cualquier otro alumno que necesita de su apoyo y de su tiempo. Es fundamental el respeto a la persona con síndrome de Down en todos los ámbitos.
─¿Trabajan ustedes en coordinación con los centros educativos?
Eso es lo que pretendemos aunque no siempre es posible. Hay algunos maestros que no les gusta que les des pautas o que les digas sutilmente que sus objetivos no están bien enfocados o son poco realistas. Sin embargo, hay otros maestros que demandan información y ayuda y están siempre dispuestos a coordinarse con la Fundación porque ésta es la mejor manera de beneficiarse mutuamente.
─La importancia de la lectura como canal de integración es indiscutible. ¿Qué métodos de enseñanza se utilizan desde la Fundación para favorecer su aprendizaje?
El método de lectura que se utiliza en la Fundación es el método que en su día ideó María Victoria Troncoso para enseñar a leer a los niños con síndrome de Down. A grandes rasgos es una mezcla de método global y silábico adaptado a cada alumno en concreto de acuerdo con sus necesidades e intereses. Es un método que se ha ido aplicando a lo largo de los años a muchos niños con síndrome de Down y se ha ido matizando y refinando de acuerdo a las experiencias que vamos teniendo con los alumnos pero inamovible en cuanto a sus objetivos y principios básicos.
─La presidenta de la Fundación cántabra, María Victoria Troncoso, fue pionera en nuestro país en los programas de lectura temprana. ¿Facilita el desarrollo pedagógico tener a la precursora en casa?
Sin lugar a dudas. Tener al lado a una persona tan vital, tan llena de ideas y de soluciones inmediatas y con tanta creatividad es todo un ejemplo a seguir. Con ella no puedes permitirte el estancamiento ni la monotonía en el proceso educativo; no te queda otra salida que intentar ponerte a su altura porque va tirando de ti.
Si echo la vista atrás me doy cuenta de todo lo que he aprendido, tanto por la experiencia que he adquirido a lo largo de todos estos años como por la pedagogía que me ha transmitido María Victoria que ya forma parte de la mía; a mi también me ha educado.
─El cálculo es una ciencia complicada para muchos. ¿Cuáles son las estrategias que se siguen para las personas con discapacidad?
El objetivo principal que nos planteamos es que el cálculo sirva para algo, sea funcional, y en la medida de lo posible aplicable en situaciones reales. Todo lo que no va a utilizar en su vida diaria y que no le va a ser útil lo descartamos. ¿Qué sentido tiene pasarse la clase haciendo múltiples sumas faraónicas? ¿Nosotros hacemos esto en nuestro día a día? ¿No es más lógico utilizar este tiempo para enseñarles por ejemplo a manejar la calculadora? Lo mismo pasa con la seriación numérica ¿Para qué les enseñamos números tan grandes si luego ellos sólo van a manejar cantidades pequeñas? Consideramos fundamentales estos bloques: seriación, operaciones matemáticas básicas: sumas y restas principalmente, uso de la calculadora, cálculo mental básico, tiempo, manejo del dinero y problemas: situaciones problemáticas de la vida diaria, básicos de sumas y de restas y de lógica matemática.
─Las clases de apoyo, ¿tienen una continuidad durante la adolescencia y la etapa de jóvenes adultos?
Es muy importante la continuidad de su formación tanto para aprender nuevas cosas como para mantener las aprendidas. Mientras los niños están en el colegio en Infantil, Primaria y ESO acuden también a las clases de apoyo de la Fundación. Normalmente suelen venir 1 ó 2 veces a la semana en sesiones de hora y media. Cuando acaban la ESO los chicos asisten a la Fundación todos los días, bien al Programa de Garantía Social o al Centro Ocupacional. Los jóvenes trabajadores también tienen clases de formación continuada después de su jornada laboral dos días a la semana.
─Las clases ¿son individualizadas? ¿Con qué equipo se cuenta actualmente y a cuántos niños se atiende?
Las clases de apoyo son totalmente individualizadas. Esto supone una gran ventaja para ambos beneficiándose mutuamente. Actualmente hay 89 alumnos y somos 26 profesionales los que trabajamos en Atención temprana, Fisioterapia, Apoyo escolar, Garantía Social, Centro Ocupacional, Formación continua de trabajadores, Orientación y valoración psicológica, Logopedia, talleres diversos, actividades deportivas y Club de Ocio.
─Herramientas como la informática, ¿son útiles para la lecto-escritura y el cálculo, o complican más el aprendizaje a los niños?
La informática es una herramienta que ha demostrado ser muy útil para la lecto-escritura y el cálculo sobre todo como un instrumento reforzador de lo aprendido. Los programas son muy llamativos y atrayentes y esto motiva mucho a los niños. El principal problema con el que nos encontramos es que los programas no están adaptados, los pasos que dan son demasiado grandes para estos alumnos que necesitan trabajar en pequeños pasos por lo que no los podemos usar en su totalidad; vamos eligiendo lo que nos interesa de unos y de otros. El procesador de textos es un instrumento muy válido para aquellos alumnos que tienen dificultades grafomotrices y que, de otro modo, no podrían escribir correctamente.
─El papel de los padres en la estimulación de sus hijos es fundamental para avanzar en el aprendizaje. ¿Cómo se les involucra en este proceso?
A mis clases suelen entrar la mayoría de los padres sobre todo cuando los niños están empezando a leer. Son fundamentales en el proceso de la lecto-escritura y del cálculo porque son las personas que realmente van a enseñar a leer a sus hijos. Yo siempre les digo que los que verdaderamente enseñan a sus hijos son ellos porque yo, con una o dos horas a la semana de clase, es imposible. Los padres, sobre todo las madres, entran en las sesiones y me ven trabajar; comentamos las actividades y los objetivos planteados; ellos aprenden, se dan cuenta de que los objetivos que nos planteamos o las actividades que hacemos tienen un porqué y luego aplican lo aprendido en casa, y también ellos sirven de puente para la coordinación entre la Fundación y el colegio. Mi papel es de mera guiadora y evaluadora del aprendizaje. Cuando los niños llegan a clase evalúo y registro lo que han aprendido en casa y planteo nuevos objetivos.