Perfil de vicepresidenta
Desde el pasado mes de diciembre Elisa Irureta se ha convertido en la segunda persona con más responsabilidad dentro de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria. No estaba entre sus planes, pero considera que aceptar este reto supone, además de “una gran ilusión”, un compromiso necesario para “asegurar cierta continuidad” en el funcionamiento de la organización y de las iniciativas que mejoran la vida de sus usuarios.
Elisa Irureta ha comenzado el año con nuevos proyectos en mente. No tienen que ver con ella, ni con su familia, sino con el nuevo cargo que desempeña desde hace tan sólo unos meses como vicepresidenta de la Fundación. Tras la ampliación del Centro Ocupacional quedan otras iniciativas pendientes de impulso. Una de ellas persigue reforzar la formación de los alumnos de la ESO. El actual proyecto piloto se desarrolla un día a la semana. El objetivo es “ampliar el número de días porque, desde nuestro punto de vista, es lo que más flojo queda en el entorno de los 12 a los 16 años”. Otra de las empresas en las que se va a embarcar la Fundación es la promoción de una vida independiente para los adultos con síndrome de Down. Se espera que en 2010 el programa esté en marcha. Por el momento, “estamos recabando el punto de vista de los padres” ante esta posibilidad. “La idea es hacer un proyecto más centrado en la formación de los chicos y, luego, adecuar la vivienda a ellos”, aclara Elisa.
Una de las tareas personales que se ha asignado la nueva vicepresidenta de la Fundación se centra en promover la participación de las familias. “Tenemos que retomar este tema para conseguir que nos vean como parte de ellos, que no seamos sólo un centro al que vienen sus hijos”. Para Irureta es necesario “darle a este asunto la importancia que tiene. Además, hay que plantearse involucrar a los hermanos de las personas con síndrome de Down, hacerles más participativos”, concluye.
De su experiencia en la Fundación, tanto como madre como miembro del Patronato, destaca dos aspectos. El primero, la cercanía de los profesionales con las familias. “Te sientes muy cómodo, puedes preguntar y abarcar cualquier vertiente de tu hijo que te preocupe”. Ellos ayudan a solventar el problema. La otra tiene que ver con los fundadores de la institución. “La experiencia personal de la presidenta y de Jesús Flórez sigue siendo uno de los activos más importantes de esta Fundación. Ellos son referencia para mucha gente, todos escuchamos sus indicaciones con una atención diferente”.
UN EMPEÑO PERSONAL
Se llama Elisa, como su madre. Tiene cinco años y síndrome de Down. Además, es el motivo por el que Irureta se interesó en colaborar como madre y de forma activa en la Fundación. En 2007 la presidenta de la entidad, María Victoria Troncoso, le ofreció un puesto de vocal en el Patronato. En diciembre de 2008, tras la decisión de la vicepresidenta Amalia Laguna de pertenecer a este órgano decisorio sólo como vocal, le propusieron relevarla en el cargo. Señala que afronta el cargo “con ganas” y mucha “responsabilidad” para “echar una mano” en lo que sea posible.