Hace un día espléndido. Un sol primaveral acompaña a los alumnos durante el entrenamiento, que se divide en dos partes. En la primera media hora los jóvenes del Centro Ocupacional de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria ensayan el golpe corto en el green. Los otros treinta minutos trabajan el golpe largo en la cancha de prácticas. Junto a ellos están sus dos profesores, David Ibáñez, monitor, y Mario Bedia, maestro de golf. Ambos derrochan buen humor y empatía durante las clases, en las que están pendientes de cada detalle para que los chicos mejoren día a día su técnica.
Es el primer año que los jóvenes del Centro Ocupacional acuden a la Escuela de Golf de Mataleñas y está siendo muy productivo, tanto para ellos, que ven cómo mejora su concentración, coordinación y motricidad, como para sus profesores, que se sienten muy satisfechos con la evolución que experimentan los alumnos a lo largo de los meses y con el trato que mantienen con ellos.
“Me encanta trabajar con los chicos. Se aprende mucho: los valores, la forma de ver la vida, la alegría… Te devuelven el doble de lo que les entregas”, señala David Ibáñez. Él es uno de los profesores de la Escuela Adaptada y explica que para dar clases a personas con discapacidad adquirió formación previa. “La forma de enseñar es diferente. La clave es la paciencia y, en este caso, el objetivo prioritario es ayudarles a mejorar sus capacidades motrices. A veces les cuesta desarrollar independencia entre los brazos y el cuerpo”.
Sobre sus alumnos sólo tiene buenas palabras: “se nota que ponen empeño y van avanzando poco a poco. Es gente encantadora” a la que le gusta lo que a todos: “escuchar el sonido de la bola cuando se mete en el agujero. Es lo que más les pica”.
APUESTA SALUDABLE
En 2009, la Fundación Síndrome de Down de Cantabria se puso en contacto con la Escuela de Golf de Mataleñas para que los 24 alumnos del Centro Ocupacional acudieran a clases. La buena sintonía se tradujo en una iniciativa subvencionada por la Federeación Española de Golf. Así, desde septiembre del año pasado 8 chicos acuden cada trimestre al campo para aprender a desenvolverse en este deporte. Su cita con la naturaleza y el ejercicio es los jueves de 12 a 1 de la tarde.