Por Saray López
Tengo claro cómo llegué aquí. En ese momento decisivo de la vida en el que decides qué quieres y quién vas a ser, tuve la suerte de encontrar una estrella que guió mis pasos… mi prima Elena. Su nacimiento marcó la diferencia en mi vida, me abrió los ojos a un universo desconocido para mí.
Gracias a Dios, mi padre, maestro de profesión y vocación, se las ingenió para que tuviera contacto con este mundo de forma más real proporcionándome la posibilidad de dedicar parte de mis vacaciones a conocerlo y así tomar la decisión con más conocimiento de causa.
Y ahí llegó el Colegio María Corredentora de Madrid, donde tuve el privilegio de formarme y trabajar durante 12 años. Un universo paralelo, lleno de estrellas de todo tipo: síndsxzromes de Down, trastornos generalizados del desarrollo… en el que se ayuda a los alumnos a obtener el máximo de sus posibilidades y el profesorado se forma para no permitir la pérdida de ningún contenido en cada alumno.
La vida, sin embargo, me hizo elegir entre mi universo ideal laboral y un universo ideal para mi familia (volver a la “tierruca”). Abandonar la luz de todas mis estrellas, aquellas sonrisas y abrazos, ternura y compasión, retos y aprendizajes… era tirarme al fondo de un agujero negro.
Y de pronto… la luz… otra estrella brillante en mi camino. Empecé como Pedagogía Terapéutica (PT) en el Colegio Purísima Concepción, que tenía únicamente una estrellita, pero que me daba suficiente luz como para no tener miedo al nuevo reto, apoyo como solamente ellos saben dar y la alegría de tener un trabajo que me llena plenamente. Mi estrella particular: Antonio Carrera.
Trabajamos juntos algunas horitas a la semana, ya que está en el colegio de forma combinada con la Fundación. Nos da tiempo a hablar de fútbol, de compañeros y a realizar actividades de todo tipo. Ahora estamos trabajando muy en serio con un material que diseñaron mis compañeros de Madrid, el Programa para el Aprendizaje Funcional del Dinero (Afundi), para aprender el manejo de los euros.
El programa tiene una parte que gira en torno a los juegos en el ordenador y le gustan más, por lo que la uso como refuerzo. Hay otra parte instrumental con material que imita todas las monedas y billetes. Con él hacemos simulacros de compras y ventas, y también usamos un cuadernillo para intentar comprender y automatizar los cambios, las equivalencias de cantidades, lo que le gusta un poco menos… pero aún así lo seguimos trabajando. Ya nos estamos lanzando a hacer compras en nuestro entorno más cercano… nos cuesta generalizarlo, pero aún nos queda un año para conseguirlo.
Y digo bien, sólo un año. Porque mi estrellita en breve se integrará en un nuevo mundo laboral y me dejará un poquito a oscuras. Espero, desde mi egoísmo, que me llegue otra estrellita para que me recuerde todos los días lo rico que es su mundo en valores y alegrías.