Adriana, Clara, Leti, Paula R. y Paula E. son las cinco alumnas que este año conforman el Grupo de Secundaria de la Fundación. Todos los viernes por la mañana reciben clase con el objetivo de adquirir “aprendizajes funcionales de cara a su futura integración en la sociedad”. De todos ellos, su profesora Gunilde destaca el desarrollo de habilidades sociales, que les permite “moldear” su personalidad y ofrecer lo mejor de sí mismos.
Tienen entre 12 y 17 años. Han comenzado a manejar los euros y a encontrar en el periódico los temas que les interesan. A Paula R. le gusta conocer la programación de la tele, a Leti la información relacionada con el Racing. Clara ojea las noticias ocurridas en Cantabria. Además, han aprendido hábitos saludables, a distinguir los distintos seres vivos y a apreciar aquellos, como los perros, que ayudan a los humanos. Desde hace poco también conocen mejor la meteorología y las características del otoño. Por eso saben que en esta época, como advierte Paula R., “antes de salir de casa hay que ponerse el abrigo”. “¡Y si hace viento no se puede sacar el paraguas!”, concluye Paula E. Todo esto y muchas otras cuestiones de cultura general han aprendido desde septiembre, cuando comenzaron a participar en el grupo de secundaria de la Fundación. Pero, como explica su profesora Gunilde, tan importante como su formación académica es aquella relacionada con aspectos más personales.
El programa también busca mejorar las habilidades sociales de las alumnas. A través de las clases se persigue que los más tímidos e introvertidos aprendan a tomar pequeñas decisiones, los más asertivos a esperar y respetar el tiempo que necesita algún compañero para tomarlas, y los que tienden a resolver conflictos a través del empujón o la agresión verbal, a buscar vías más adecuadas. Otro de los aspectos que se trata de potenciar es que “vayan ganando autonomía en su cuidado personal e independencia, en su vida cotidiana y social” y que refuercen su autoestima. En este caso es importante el hecho de participar de un grupo en el que “son uno más”, algo que no les ha ocurrido previamente, cuando “han quedado, en mayor o menor medida, al margen de la actividad del aula”. Ahora perciben que “pueden participar y se les escucha su opinión”. Por todo ello, los padres de todos los jóvenes que han participado en el grupo de secundaria -que comenzó a funcionar hace cuatro años con Gunilde y en la actualidad cuenta con el apoyo de otra profesora, Lourdes- valoran positivamente la iniciativa, que “supone un pequeño balón de oxígeno, tanto académico como de relación social” para las jóvenes, resume Gunilde.