Sara Bedia, Preparadora laboral
–¿Crees que la integración laboral está suavizando el impacto con que los padres reciben a un hijo con síndrome de Down?
Cuando unos padres reciben a un hijo con síndrome de Down, es inevitable que multitud de sentimientos encontrados les aborden.
En el nacimiento de un hijo, el proceso de mentalización de los padres es fundamental. Para ellos lo principal es que su hijo desarrolle al máximo todas sus potencialidades para que pueda desenvolverse en la vida cotidiana con la mayor autonomía posible y tenga una vida plena.
Cuando unos padres, que acaban de tener un niño con síndrome de Down, ven a otros jóvenes que en edad adulta han sido capaces de acceder y mantenerse en el mundo laboral, les ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, y el proceso de mentalización es más natural y positivo.
–¿Qué aspectos concretos conviene trabajar desde edades tempranas para incrementar las aptitudes y actitudes laborales de una persona con síndrome de Down?
Es importante trabajar todos los aspectos que potencien la capacidad de desarrollo y bienestar personal, poniendo a su alcance todos los medios y recursos necesarios, para que se desarrolle adecuadamente y se integre tanto en su familia como en la escuela y la sociedad en general, y pueda alcanzar y vivir las mismas etapas que cualquier otra persona.
Concretar aspectos es algo difícil puesto que, dependiendo de la edad y etapa en la que se encuentre la persona con síndrome de Down, se marcarán como prioritarios unos objetivos concretos. Uno de los aspectos fundamentales a trabajar, es el área de las habilidades sociales. La adquisición de conocimientos y estrategias sociales le van a permitir diferenciar contextos y adaptarse a ellos, analizar situaciones y desenvolverse con idoneidad, interactuar con los demás manteniendo una relación adecuada, etc.
Debemos aprovechar todas las experiencias que nos brinda el día a día para trabajar este aspecto de manera que, cuando accedan al mundo laboral éstas estén ya interiorizadas.
–¿Debería modificarse la formación que reciben las personas con síndrome de Down durante la etapa escolar para mejorar sus aptitudes laborales?
Opino que la formación académica que reciben las personas con síndrome de Down, con sus correspondientes adaptaciones curriculares, individuales, es adecuada.
Por todos es sabido el gran avance y mejora en este camino, pero creo que convendría enriquecerla con experiencias más reales, prácticas y significativas, que ayuden a relacionar los conocimientos con su funcionalidad y posibilidad de aplicación en la vida cotidiana. Por ejemplo, en el tema de los euros. Trabajar estos contenidos basándonos únicamente en el soporte de un libro de texto, no se acerca a la realidad cotidiana del uso de los euros. Sin embargo, si a ello lo unimos experiencias de hacer sencillas compras, contar el propio dinero que tengan en la cartera, cambiar unas monedas o billetes por otros de igual valor, etc. el conocimiento y manejo de los euros sería más significativo y por tanto quedaría más consolidado.
–¿Existe algún estudio que evalúe la correlación entre la calidad de la formación recibida y el nivel de desempeño en el puesto de trabajo?
La documentación que ha pasado por mis manos hasta este momento no recoge de manera explícita esta correlación entre formación y nivel de desempeño laboral como tal.
Son muy interesantes los estudios y materiales creados para diseñar perfiles; perfiles del trabajador o candidato a un puesto de trabajo, y también perfiles sobre el puesto de trabajo. Los perfiles tienen el fin de establecer la mejor complementación posible entre los diferentes candidatos a una oferta de trabajo, y el puesto de trabajo que se ofrece. Entre cualidades de la persona y requisitos del puesto de trabajo.
–¿Las familias entienden y aceptan con facilidad los límites de sus hijos o familiares para incorporarse al mercado laboral? ¿Surgen dificultades en el reconocimiento de las dificultades?
No es posible establecer generalidades en el tema de las familias. Ya dentro de una misma familia, cada miembro que la forma tiene una manera distinta y especial de pensar, de expresar, etc.
Sin embargo, lo que muchas veces percibimos las Preparadoras Laborales es que los familiares se sorprenden de lo que el joven con síndrome de Down es capaz de hacer, y no sólo respecto a tareas laborales sino también en lo que se refiere a la relación tan natural que establecen con sus compañeros, la autonomía y soltura que adquieren en los desplazamientos o en la actitud tan seria y responsable de los jóvenes en el trabajo.
Me aventuraría a decir que, con más frecuencia de lo deseable, los familiares y personas que rodeamos a los jóvenes somos quienes tenemos unas expectativas más limitadas que sus propias capacidades de aprendizaje y mejora.
–¿Qué errores más o menos comunes suelen cometerse en el proceso de incorporación? ¿Cómo se podrían evitar?
Un aspecto en el que el equipo de Empleo con Apoyo intentamos mejorar es que, previamente a una incorporación, se ofrezca a la plantilla de la empresa una jornada de información, sensibilización y concienciación sobre las características comunes más significativas de las personas con síndrome de Down.
Al principio de una integración laboral la Preparadora es quien ofrece apoyo al trabajador, es su figura o persona de referencia, pero con el tiempo serán los propios compañeros de trabajo quienes pasen a ser el apoyo natural de los jóvenes con síndrome de Down. Es por ello, por lo que opinamos que debemos reforzar todo cuanto se refiere a la formación de la plantilla de la empresa.
–¿Es aconsejable mantener el acompañamiento del preparador durante toda la etapa laboral de la persona con síndrome de Down?
Si bien el acompañamiento del preparador laboral varía constantemente respecto a duración e intensidad, éste se debe mantener durante todo el periodo de relación laboral del joven con la empresa.
El objetivo del EcA no es tan sólo la incorporación laboral del joven a un puesto de trabajo, sino también mantener esa situación laboral en el tiempo. El preparador laboral, va a acompañar al trabajador con síndrome de Down en todo su proceso de integración laboral y social. El apoyo proporcionado a la persona no sólo incluye ayudas en el aprendizaje de las tareas en el propio puesto de trabajo sino que también implica un soporte en el desarrollo de habilidades complementarias (de autonomía, relación social, etc.), fundamentales para la vida activa y para el mantenimiento del puesto y del rendimiento requerido.
–¿Existen estudios que hayan cuantificado desde el punto de vista del clima laboral los beneficios de la contratación de personas con discapacidad? ¿Qué datos aportan?
Sí, de hecho como se comentó en el III Foro de la Diversidad de personas con discapacidad, la contratación de personas con discapacidad, además de los ya sabidos beneficios económicos y empresariales, tiene una serie de ventajas sociales como son el generar en los compañeros el afán de superación y potenciar el buen rendimiento de los compañeros.
Las plantillas de las empresas que contratan a personas con síndrome de Down son más tolerantes, más abiertas, y mejora también la imagen de la empresa en su conjunto. Como datos de varios estudios cabe destacar el aumento de la solidaridad, la potenciación de la capacidad de resolución de conflictos, el compromiso con las tareas y la mayor y mejor valoración de la empresa por parte de clientes y trabajadores.
–¿Con qué argumentos animarías a las empresas a que se incorporen al programa?
Creo que no hay mejor argumento que las experiencias, testimonios y valoraciones reales que hacen tanto empresarios, como trabajadores y sus familias, y Fundación.
Las características esenciales del EcA (trabajo en empresa ordinaria, ejecución de tareas laborales, apoyo de las Preparadoras Laborales durante toda la vida laboral del trabajador en la empresa), no son promesas de la Fundación para conseguir una firma de contrato, sino que son aspectos claves para el éxito del programa, y por tanto son rigurosamente cuidados y cumplidos. La buena actuación y criterios que la Fundación tiene respecto al programa de Empleo con Apoyo, se materializa en diversos momentos; cuando una empresa contacta con la Fundación para ofertar un puesto de trabajo, cuando nace una nueva relación entre una empresa y un trabajador con síndrome de Down, cuando un joven renueva su contrato laboral, cuando un contrato de duración determinada se convierte en uno de duración indefinida o cuando un joven tiene afán de mejora y promoción laboral.
–¿Qué experiencias especialmente gratificantes has tenido durante tu participación en el Programa AVANCE?
De verdad digo que todas son muy especiales y gratificantes.
En cada una de ellas surgen nuevos retos, desafíos, y por qué no a veces incluso dudas, que cuando se vencen y superan, una gran sensación de satisfacción y orgullo por los chicos nos inunda. Un guiño de agradecimiento, admiración y cariño a cada una de las Preparadoras Laborales que forman el equipo de Empleo con Apoyo, compañeras con quienes tengo el enorme placer de trabajar cada día.