El presente número de la revista que tiene entre sus manos no difiere de los anteriores, pero posee un carácter muy especial: es el número 100. A partir de aquel boletín de ocho páginas que surgió en septiembre de 1984 por iniciativa de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, como primera publicación periódica especializada en el síndrome de Down en lengua española, cada trimestre ha ido llegando la revista a los hogares e instituciones de España e Iberoamérica de forma ininterrumpida. Lógicamente, ha ido creciendo en contenidos y ha variado en su formato externo. Pero al repasar con cierta nostalgia esas primeras ocho páginas, me ha producido especial satisfacción el comprobar que la esencia y el espíritu son los mismos: servir a las personas con síndrome de Down y a sus familias, mejorar su formación y las de los profesionales que les atienden, destacar su dignidad, mostrar sus cualidades y la riqueza de su personalidad, detectar los problemas y ofrecer soluciones, actualizar los conocimientos. Es también, claro está, el momento de agradecer a las personas que han hecho y siguen haciendo posible el curso continuado de esta singladura; a los centenares de autores que han colaborado a lo largo de estos 100 números, ofreciendo lo mejor de su conocimiento de manera generosa; y cómo no, a los miles de lectores que, directamente o a través de reproducciones de nuestros artículos en otras revistas o en internet, nos ayudan con su confianza a mantener nuestro trabajo con dedicación y entusiasmo.