“La percepción sobre la integración laboral está cambiando”

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María Pintó, preparadora laboral

María Pintó, preparadora laboral

María Pintó, preparadora laboral

–¿Qué crees que das a tus alumnos y recibes de ellos?
Intento cada día enriquecer sus vidas con nuevos aprendizajes desarrollando sus capacidades de forma cercana y natural. Les tratamos como a uno más, fomentando su autonomía, confianza en sí mismos así como la toma de decisiones. Se les proporciona seguridad haciéndoles partícipes como a uno más. Su voz y opinión también cuenta, en todos los aspectos de su vida. Muchos no están acostumbrados a dar su opinión o dudan que su opinión sea escuchada. En la fundación expresan muchas inquietudes. De los chicos recibo mucho cariño, esfuerzo y ganas de aprender, mejorando cada día en todo lo relacionado con su vida. Me hacen ver cada día que la vida puede ser más sencilla y nosotros muchas veces la hacemos más complicada.

–¿Qué balance harías de tu experiencia en el programa AVANCE de integración laboral?
Muy enriquecedor, ves una gran evolución en los chicos desde que comienzan a trabajar en una empresa, hasta que consiguen ser incluidos como uno más. Eso es lo que intentamos las preparadoras laborales en las empresas ordinarias. Cuando se consigue es una gran satisfacción tanto para el trabajador como para la preparadora, ya que lleva mucho trabajo detrás fundamentalmente por parte del chico y conseguir la inclusión es un gran logro en sus vidas.

–¿En qué aspectos del programa AVANCE, por sus buenos resultados, deberían fijarse otras instituciones?
En la búsqueda de aquellos puestos laborales más apropiados para el trabajador. Antes de que un chico comience a trabajar se hace un análisis y valoración de las tareas más apropiadas según sus características. Así las adaptaciones que se realicen en el puesto de trabajo serán menores que en un puesto que no se adecúa a las capacidades del trabajador. De esta manera empresario y trabajador estarán satisfechos por el trabajo realizado. Antes de comenzar a trabajar se realiza un periodo de prácticas o formación en el puesto de trabajo, con una media de 4 meses en el que se ve la evolución en las tareas y la satisfacción entre empresa, trabajador y viceversa. Es muy importante el seguimiento por parte del preparador a lo largo de la vida laboral del chico. Sirve para proporcionar los apoyos necesarios en la realización de las tareas, detectar posibles problemas en el mundo laboral, anticiparse a ellos, corregirlos y conseguir un mayor nivel de eficacia y responsabilidad en las tareas.

–¿Cómo percibes que un alumno ya está preparado para trabajar?
Cuando tiene adquirida cierta madurez y responsabilidad en su vida, en las tareas que realiza diariamente, así como unas correctas habilidades sociales y ganas de trabajar.

–¿Cómo convencerías a una empresa de que merece la pena participar en el programa?
Informando sobre los buenos resultados obtenidos. Ofrecemos muchas facilidades al empresario en la preparación al chico. El periodo de aprendizaje y apoyo en el trabajo será realizado de forma individual con un preparador laboral hasta que los resultados conseguidos sean los deseados por el empresario y trabajador. Pasado este tiempo el empresario decide si realiza la contratación. Exponiendo los beneficios y ventajas en la contratación de personas con capacidades diversas. El Gobierno ofrece subsidios a las empresas que tengan en su plantilla trabajadores con estas condiciones, la mayoría de ellas no los conoce, a lo que hay que sumar el temor de muchas de ellas a contratar a este tipo de personas por dudas a si podrán rendir como cualquier otro empleado. Para una persona con discapacidad, el tener un empleo no es sólo cuestión de dinero, sino que constituye un paso definitivo en el ejercicio de sus derechos de ciudadanía y le ayuda a sentirse integrado plenamente en la sociedad, un objetivo que se vuelve primordial en la vida de estas personas y sus familiares: lo que más quieren es llevar una vida como la de cualquier otro ciudadano. Con ello las empresas no sólo consiguen beneficios económicos sino una actitud empresarial solidaria, integradora o inclusiva y moderna en la sociedad.

–¿Cuáles son los principales retos que tiene que superar un joven con síndrome de Down durante el proceso?
Desde el aprendizaje de los desplazamientos desde su casa al trabajo, hasta la adaptación de los compañeros al nuevo trabajador y viceversa. Saber cómo dirigirse a él, cómo darle indicaciones y que el chico las comprenda correctamente. En muchas ocasiones los compañeros dan indicaciones con demasiada información o de forma muy rápida lo que hace que no se reciba correctamente o se olvide, debido a que el ritmo de aprendizaje y comprensión de los chicos es más lento que el del resto de trabajadores. A esto se le puede sumar el inconveniente de sobreprotegerles o tratarles de modo infantil lo cual perjudica bastante al trabajador con síndrome de Down. Si desde un principio se le deja pasar las tareas no realizadas de la manera deseada, o actitudes infantiles no adecuadas, luego va a ser más difícil corregirlas y no va comprender la causa de querer corregirlas más adelante, si siempre las realizó de la manera errónea sin corrección.

–¿Crees que ha cambiado la percepción de las empresas sobre la integración laboral o aún queda mucho camino por recorrer?
Creo que la percepción de las empresas sobre la integración ha cambiado poco a poco con los años y el camino es más abierto. Esta percepción está cambiando porque tenemos chicos trabajando cara al público en empresas ordinarias con muy buenos resultados. La gente te comenta lo bien que lo hacen y eso juega a su favor, lo están consiguiendo por méritos propios, ellos son su mejor publicidad y los que abren el camino al resto de compañeros con síndrome de Down. En un principio el desconocimiento genera miedo o desconfianza y con ello rechazo, pero cuanto más se les vea en la sociedad más normalizado será todo.

–¿Cómo evoluciona la motivación de las empresas y de los trabajadores cuando ya han pasado varios años desde la incorporación? ¿Es aconsejable realizar algún cambio?
Depende un poco de la evolución del trabajador en el puesto de trabajo o del volumen de trabajo que se genere en la empresa con el paso del tiempo. Se lleva un seguimiento del proceso y del desarrollo de destrezas emocionales y sociales que se necesiten trabajar paralelamente con el empleado para que el cumplimiento de su trabajo sea eficiente. En general con el paso del tiempo se dan tres casos: las tareas son las mismas que en un principio; hay menos tareas por diferentes causas por parte de la empresa, o por parte del trabajador; hay más tareas, el trabajador sigue evolucionando favorablemente y se le otorgan nuevas responsabilidades. En general, con el paso del tiempo, es aconsejable realizar cambios en tareas que se extinguen o se han ido deteriorando el ritmo o destreza deseado de ejecución y buscar otras que por sus capacidades puedan realizar perfectamente. Así como ir aumentando las responsabilidades y tareas al ir evolucionando satisfactoriamente en tiempo y modo de ejecución en sus tareas laborales iniciales.

–¿Existe alguna referencia en otros regiones o países sobre la edad ideal de jubilación? ¿Hasta qué edad es aconsejable que trabaje una persona con síndrome de Down?
En la Fundación Proyecto Aura de Barcelona hace años que se está elaborando una base de datos a fin de recoger la evolución personal y laboral de los participantes con síndrome de Down a lo largo de los años. Nuestra fundación y otras entidades se están sumando al estudio y será una importante ayuda para detectar y poder ayudar a las personas con síndrome de Down en su proceso de envejecimiento. La edad mínima de jubilación de las personas afectadas, en un grado igual o superior al 45 por ciento, por una discapacidad de las enumeradas en el artículo 2 será, excepcionalmente, la de cincuenta y ocho años. Las discapacidades en las que concurren evidencias que determinan de forma generalizada y apreciable una reducción de la esperanza de vida y que podrán dar lugar a la anticipación de la edad de jubilación regulada en este real decreto, son las siguientes: discapacidad intelectual; parálisis cerebral; anomalías genéticas como el síndrome de Down. Mientras mantengan en buen estado las capacidades mentales y físicas creo que marcar una edad exacta de jubilación no es muy fácil, aunque sí es muy importante tener en cuenta que en las personas con síndrome de Down el deterioro se produce antes que en el resto de las personas debido a que su esperanza de vida es menor que la del resto (más o menos 60 años). Teniendo en cuenta esto, pienso que no sería buena idea jubilarles a los 58 años sabiendo que la media de edad está en los 60 años. En nuestro caso en el grupo de trabajadores la persona de mayor edad que tenemos actualmente es de 45 años y recientemente se está haciendo un seguimiento de los chicos de edad más avanzada sobre los cambios que les afectan con el paso del tiempo y registrar su evolución personal, así como detectar posibles deterioros y trabajar en ellos.

–¿Recuerdas alguna anécdota curiosa que hayas vivido durante el desarrollo del programa?
En una ocasión un chico tenía que reponer material y colocarlo en tres bloques como era habitual. En esta ocasión había solamente un bloque pero con mucha altura, así que pensó en dividir el bloque que tenía mucho material en tres y así no había problema en la tarea ya que el resultado era el mismo y así no había que reponer material. Nos sorprendió bastante la buena lógica del momento.

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