La Cavada y Casar de Periedo han sido los lugares escogidos por la Fundación Síndrome de Down para desarrollar las convivencias de alumnos, coincidiendo con la clausura del año escolar. Divididos por edades y repartidas en cuatro semanas, 35 jóvenes han vuelto a disfrutar de unos días de descanso y diversión lejos de sus familias.

Dormir fuera de casa, sin el apoyo del protectorado familiar, es un reto para cualquier niño… y para sus padres. De nuevo este año, las convivencias que organiza la Fundación han servido para que unos y otros demuestren que unos días alejados del entorno familiar no sólo es beneficioso para ambos, sino que ayuda a potenciar las aptitudes aprendidas durante todo el curso. Sigue leyendo
