Miguel Galeote, Elena Checa, Antonio Serrano, Rocío Rey
Resumen
Se acepta ampliamente como algo demostrado que el exceso de directividad (acción influyente y dirigida) retrasa el desarrollo del lenguaje. En consecuencia, muchos programas de intervención incluyen como recomendación que los padres no muestren conductas directivas con sus hijos. Un caso particular lo constituyen lo padres de niños con síndrome de Down, quienes suelen mostrar una alta directividad.
En un análisis más detenido, no obstante, es preciso matizar dicha recomendación. Consideremos, por ejemplo, las habilidades de atención conjunta, una variable que se ha mostrado predictiva en lo que respecta al aprendizaje léxico. Durante el desarrollo de tales habilidades, existe una fase en que los niños no coordinan su atención entre las personas y los objetos o eventos. Curiosamente, en esta fase, las madres se comportan de manera directiva para lograr dicha atención. Lo importante es que esta fase es más prolongada en los niños con síndrome de Down, lo que podría explicar la conducta directiva de sus madres. Su comportamiento, por tanto, más que negativo, estaría promoviendo el desarrollo de las habilidades de atención conjunta en sus hijos lo que, a su vez, favorecerá su desarrollo lingüístico. Partiendo de este caso, se discuten las difíciles relaciones entre la investigación teórica y la práctica clínica / intervención psicoeducativa.
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