El huerto ecológico de la Finca Altamira fue concedido por el Ayuntamiento a la Fundación a primeros de abril después de estar en lista de espera. Cuando llegaron, se lo encontraron con un aspecto salvaje, “parecía el Amazonas” comenta Germán Pérez, educador responsable de esta actividad. Pero tras duras jornadas de trabajo por parte de los jóvenes de la Fundación, consiguieron dejarlo listo para empezar a plantar. Si por ellos fuera, acudirían todos los días.
En principio mucha gente piensa que ésta es una actividad prelaboral. Sin embargo, los chicos que fueron seleccionados para ir al huerto no eran candidatos firmes para un futuro empleo con apoyo. “Yo personalmente creo que aparte del aspecto laboral y vocacional, hay muchos elementos a nivel cognitivo como la secuencia acción y atención que se trabajan en el huerto”, señala Germán. A nivel físico realizan un trabajo de fuerza, resistencia y manual muy importante. Sigue leyendo