La revista nos ofrece tres miradas dirigidas a mejorar elementos sustanciales de las personas con síndrome de Down en distintas etapas de su vida.
La primera profundiza en aspectos esenciales del conocimiento: la agilidad mental, el razonamiento, el sentido crítico. Forman parte de las funciones ejecutivas y exigen un entrenamiento riguroso, bien programado, y una aplicación elaborada con imaginación, inteligencia y constancia. Cuanto antes se inicie el entrenamiento, tanto mejor. Gunilde Schelstraete y Asun Lezcano nos describen el programa elaborado y aplicado durante el pasado curso a un grupo de jóvenes adultos en la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, entre 17 y 25 años. Desde el análisis previo de sus capacidades, sus necesidades y sus intereses personales, han diseñado un rico conjunto de actividades que, si se mantienen, les permitirán mejorar y enriquecer sustancialmente su competencia social.